martes, 3 de noviembre de 2015

053 - Doom II: Hell on Earth (1994) - PC

Desarrollador: id Software
Publicado por: GT Interactive
Salió también para: Macintosh, Game Boy Advance, Tapwave Zodiac, Xbox 360, PlayStation 3


Es curioso, soy capaz de soportar las escenas gore más desagradables sin que se me mueva un músculo de la cara. En cambio, cualquier película de miedo me hace sudar a chorros. Recuerdo a mis amigos descojonándose de mí al ver lo que sufría viendo Candyman. O la primera vez que ví Tesis de Alejandro Amenabar, junto con mi hermana, una horrorosa noche de tormenta y aparáto eléctrico (entorno ideal e imprescindible para ver una peli de estas, por cierto).
 
Con los juegos me pasa algo parecido. Hace un par de meses, tuve un fin de semana de esos tontorrones sin plan a la vista, y me puse a jugar al Tomb Raider de la 360 que había conseguido gratis gracias al programa Games With Gold. No es un juego de terror, pero el tener en tus manos el destino de una vulnerable (al menos al principio) Lara Croft en una isla repleta de maníacos, monstruos y amenazas naturales, junto con una perfecta ambientación, hace que las pulsaciones se aceleren con bastante frecuencia. 
 
Me pasé el juego y me encantó, pero no me suele gustar que un juego me estrese o me angustie (esto es un hobby, no trabajo o penitencia), por lo que no veréis por esta lista survival horrors. Los Resident Evil, por ejemplo, nunca me han gustado. El esquema de control relativo al eje del personaje de las primeras entregas me parece totalmente ortopédico, y el del 4 y posteriores, atropellado y caótico. 
 
Los 5 niveles de dificultad.
Acostumbrado como estaba a los juegos de consolas de 8 y 16, normalmente coloristas y dirigidos a un público infantil, la llegada a casa del PC supuso, además de un considerable aumento en el número de juegos que tenía disponibles (benditos discos duros) el acceso a géneros de temática más adulta, como el Rol o los FPS.

Y es que el título que nos ocupa no es precisamente para niños, por su imaginería satánica y violencia desatada. En Doom II no hay grandes alardes argumentales, sólo acción directa y descerebrada. Volvemos a ponernos en la piel de un Marine Espacial anónimo, que después de evitar una invasión demoníaca de las lunas de Marte en el Doom original, regresa a la Tierra para verla invadida por los mismos seres avernales. Nuestra tarea será acabar con la invasión para siempre. Armados con un revólver (aunque ya en los primeros niveles seremos capaces de aumentar nuestro arsenal exponencialmente), nos enfrentamos a demonios de todos los tipos, colores y tamaños. 
 
Al aproximarnos a un enemigo, se pixela considerablemente. ¿Y qué?
 Técnicamente no supuso una gran revolución. Se afinó el motor de la primera parte (evolución a su vez del usado en el mítico Wolf 3D) para simular entornos tridimensionales usando la ingeniona técnica de "Raycasting". Este truco consiste en construir mapas con volumen y diferentes alturas partiendo desde una mapa de bits en dos dimensiones (¿no os habéis preguntado nunca por qué el marine espacial no puede saltar? ¿o por qué en ningún escenario hay salas que estén una por encima de otra?). Los enemigos también son sprites, con cuadros diferentes según los tengamos de espaldas o de lado, al igual que los items. Todo esto permitió que el juego pudiera ser ejecutado en máquinas modestas para la época, aunque en algunos casos fuera necesario empequeñecer la ventana de juego para ganar fluidez. 
 
Para todos los públicos.
Gracias al acertado trabajo artístico, todas estos "truquillos" quedan muy bien disimulados. Especialmente brillante es el texturizado de cielos y paredes, que le da al juego un aire de surrealista pesadilla espacial. Como es lógico, si nos acercamos mucho a los enémigos se convierten en marañas de pixels, pero siguen siendo bastante sorprendentes. Su animación no es sobresaliente, pero el movimiento es bastante convincente.

Si bueno es el apartado gráfico, maravilloso es el sonido. Los afortunados dueños de tarjetas de sonido (una SoundBlaster 16 en mi caso) pudimos disfrutar de tétricas melodías en glorioso MIDI que terminaban de darle un punto de tensión incomparable a todo el conjunto. Los efectos FX, más que cumplidores, con toda clase de rugidos, explosiones, aperturas de puertas y ronquidos. 
 
Angelitos.
Los escenarios, pese a la limitación impuesta por el engine, están magníficamente diseñados, son variadísimos y extensos. Durante las primeras fases los ambientes son algo más cerrados, pero a medida que avanzamos nos encontramos con salas más abiertas, y algunos escenarios realmente grandes.

El juego me lo pasó un chico del colegio algo más mayor que yo, en cuatro diskettes. Me sorprendió el número, ya que casi todo lo que me habían dejado hasta entonces ocupaba uno o dos. Puedo recordar el proceso de instalación, en una brillante tarde de primavera, con la ventana de mi habitación iluminada por el sol. Me gustó muchísimo, pero una cosa es jugar de día, y otra completamente distinta es jugar de noche, a oscuras y con los cascos puestos. Era una especie de placer morboso, algo con lo que disfrutas a la vez que te hace sufrir, como arrancarte las postillas de una herida a medio cicatrizar. Pasaba miedo, pero no podía dejar de jugar. 
 
 
Los sustos al abrir las puertas, los enemigos que te emboscaban por detrás, la tensión de deambular por los niveles evitando demonios al quedarte poca vida (impagable el rostro sanguinolento de nuestro Marine), las voces de ultratumba y la ambientación apocaliptica... hacen de este juego mi FPS preferido, de largo.

A mí el fenómeno Doom me pilló un poco tarde, pero puedo entender la revolución que supuso la salida de la primera parte. Siendo sinceros, Doom II parece por momentos más una expansión que una nueva versión, perfeccionando una fórmula que sólo necesitaba leves retoques para crear algo grandioso. Al poco salieron algunos de los grandes títulos de la historia del género (Duke3D, Quake, Unreal...) pero para mí Doom II era insuperable. Ni siquiera he probado el 3.
 
A los pocos años, compré en un kiosco esta copia del juego, que se debió de regalar en colección con algún periódico. Contiene tambien el primer Doom.
Hoy en día sigo jugando con él. Va muy bien con el DosBox, aunque por comodidad, prefiero jugarlo en el port que hicieron para la 360, con las dos setas se maneja muy bien. Pena que el multi esté vacío. Sé que hay ports modernos que permiten jugar online en PC, pero por pereza nunca me he puesto con ello. El modo campaña me basta para disfrutar.

También he jugado mucho con la (mágnifica para mí) versión para GBA. Pese a lo pequeño de la pantalla, el downgrade no empaña la experiencia, y los controles están muy bien adaptados, haciendo uso de los gatillos superiores. Por lo que he visto, este port ha recibido bastantes malas críticas, cosa que nunca he comprendido.
 
Pese a la censura (sangre verde) y el framerate (es una GBA, ¡por Diós!) jugar al Doom II en una GBA-101 es una maravilla.
 

1 comentario:

  1. Era hora de que volvieras a escribir.
    Los jugones revivimos muchas de nuestras propias experiencias al leer esto.
    Se agradece!

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